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El verdeo y aceitunas La Española


Visitábamos Alcoy con inusitada frecuencia y no era porque la ciudad nos ofreciera muchas posibilidades para captar clientes, a pesar de ser un pueblo de por sí bastante industrial, con algunas fábricas de tejidos, principalmente de cortinajes, y otras dedicadas a la elaboración de aceitunas, sobre todo las rellenas de anchoa. Pero aparte de esto, para nosotros Alcoy era algo así como el "centro neurálgico" de nuestras operaciones, por su proximidad con Jijona, Ibi u Onil y el disponer, además, del único buen hotel de la comarca, el Reconquista, el sitio ideal para nuestras estancias, entre visita y visita a uno u otro de nuestros clientes en la zona.
Aparte del hotel, a muy pocos kilómetros de la ciudad, había un mesón en el que se degustaban los mejores platos, no solo de la región, si no que también "dominaban" las especialidades gastronómicas de cualquier parte de España. Se comía bien, muy bien y es un "punto" que recuerdo con agrado, aunque por uno de esos caprichos de la memoria, no recuerde el nombre de su rótulo.

Había en Alcoy, que se conocieran, dos industrias que se dedicaban a la elaboración de aceitunas rellenas, La Española y El Serpis. En principio no visité la primera de ellas, ya que el propio Mariano Canut me indicó que no lo hiciera, debido a ciertos roces que tuvo éste con el gerente de la firma. En El Serpis siempre se nos recibía con la misma cantinela: "es que el verdeo no aconseja ahora hacer nada; es que el verdeo no viene como debiera..." Una serie de excusas en fin, todas con el dichoso verdeo como protagonista, que convertían las entrevistas con su director en algo así como un disco rayado.

Un día me armé de valor y aunque Mariano me había advertido que su nombre no sería bien recibido, visite La Española. Me recibió su gerente, Don Alfredo Alberola, una de esas personas que llevan el Don adherido a su nombre, el cual mandó llamar a su hijo, también llamado Alfredo y ambos escucharon cuanto les expuse sobre las ventajas que supondrían para la empresa publicitarse en televisión. Ni Don Alfredo ni el hijo mencionaron para nada sus antiguas discrepancias con Canut y me citaron para una nueva entrevista, ya con el equipo, para lo que quedamos emplazados.

En la siguiente entrevista y previa la presentación de nuestro proyecto, se fijaron las bases de nuestra futura colaboración, y así fue como Canut&Bardina engrosó su cadena de clientes con un nuevo e importante eslabón. Por una vez el tan renombrado "verdeo" de Alcoy nos fue favorable y no El Serpis, pero sí La Española, fue protagonista en las pantallas de televisión, sobre todo, cuando al director creativo de Canut & Bardina, Fernando Alférez, se le ocurrió aquello de "Soy La Española una aceituna como ninguna y estoy rellena de rica anchoa...".

Otros miembros del equipo, como tantas veces, siguieron la labor que yo había iniciado y aunque lo volví a ver muy pocas veces, siempre recordaré a Don Alfredo Alberola como uno de los hombre más amables y correctos con los que tuve el gusto de tratar. La falta de verdeo nos llevó de El Serpis a La Española y en aquella ocasión esa carencia nos fue favorable.

Después de todo lo escrito me ha vuelto a la memoria el nombre del restaurante mencionado, era el Mesón del Pilar y su fama se extendía por toda la comarca. Era, también, lugar de reunión de alguna peña literaria y sus paredes estaban vestidas de excelentes cuadros, ya que, en ocasiones, en sus locales se celebraban exposiciones de pintura.

Autor: Enrique J. Fernández. Ex Canut & Bardina