Pepe Castells, el grabador de anuncios
He de confesar que mi "deformación profesional" me lleva, a donde quiera que vaya, a poner sobre la mesa mis experiencias publicitarias y esto, en la mayoría de los casos, ha producido respuestas de todas clases y colores. Unas me han sido indiferentes, pero otras han llegado a sorprenderme. La publicidad, sobre todo la de hace unos años, tiene sus adeptos; incluso muchos de mis interlocutores recuerdan "este" o "aquel" anuncio, llegando hasta memorizar alguna de sus frases.
Hace unos días aquí, en Requena, entré en un estudio fotográfico y, como es mi costumbre, me identifiqué como publicitario, comentando con el propietario los adelantos de las técnicas fotográficas y sus diferencias con las que teníamos en el pasado. Pero lo verdaderamente sorprendente se produjo cuando Pepe, así se llama mi interlocutor, me comentó que era un enamorado de la publicidad y que hubo un tiempo en el que se sentaba ante dos televisores, dotados ambos de un equipo de grabación, e iba grabando películas o programas. Pero esto que sería normal, deja de serlo cuando te descubre que mientras que en uno de los aparatos ¡eliminaba! el contenido de los programas, en el otro "recopilaba" los anuncios que guardaba en cintas, de las que llegó a reunir decenas.
No me diréis que la cosa no es curiosa y digna de figurar, de alguna forma, en nuestra historia de la publicidad. La pena es que Pepe, un poco lejos ya de su juventud, debió levantarse un día queriendo "romper" puentes y destruyó las cintas; cree que todas, aunque me dijo que a lo mejor le quedaba alguna, entre trastos viejos, en su casa, en cuyo caso procuraré hacerme con ella.
El estudio fotográfico se llama Difoto, radica en Requena, y su gerente y protagonista de esta historia, es Pepe Castells.
Fuente: Enrique J. Fernández. Ex Canut & Bardina.