Sello-reclamo del V Congreso Internacional de Clubes de Publicidad, de 1954
A finales del siglo XIX apareció uno de los formatos publicitarios más interesantes que se hayan inventado: la viñeta o sello-reclamo. Hoy forman parte importante de la filatelia, con miles y miles de piezas distintas repartidas por todo el mundo.
Se trataba de un sello pero sin valor facial, no apto para el franqueo, es decir, no se podía utilizar en sustitución de un sello normal. Por entonces, el medio de comunicación por excelencia era el correo. La publicidad lo sabía y pensó en aprovechar cada envío para anunciarse. Así, las marcas empezaron a crear sus propios sellos, a menudo adaptación de un cartel, para colocar junto al sello normal en el sobre. Aquel pequeño soporte se coló en infinitas sobres y tarjetas postales comerciales e, incluso, personales. Con "cero saturación del medio" y con la esencia del "uno a uno" del marketing directo, la efectividad era altísima. Aquella pieza tuvo un éxito que le duró décadas y décadas.
Y dentro de esa infinidad de sellos-reclamo, surgieron los que creó la propia profesión publicitaria para sus asociaciones, congresos, agencias o, incluso, revistas del sector. Es un auténtico rara avis, con apenas un centenar de piezas distintas a nivel mundial, conservándose la mayor colección del planeta en nuestro Centro de Documentación Publicitaria. Gran parte la dimos a conocer cuando publicamos el libro "NUESTROS SELLOS-RECLAMO. LAS VIÑETAS DEL OFICIO PUBLICITARIO".
Todo esto viene a cuento porque la semana pasada adquirimos la pieza de la foto. Y ayer nos llegó. Es una delicia. Se trata de un pliego de 24 sellos-reclamo del V Congreso Internacional de Clubes de Publicidad, diseñado por Artigas, cuya celebración fue en 1954 en Barcelona. Se une pues a una parte muy singular de la historia de la publicidad.