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Un paseo por los anuncios más recordados de la publicidad española: Se dice SUEPS (1960)

Schweppes, “La bebida de todas las horas”, fundada en 1783, inauguró su primera fábrica en España en 1959, aunque ya estaba presente en nuestro país desde 1957, a través de una concesión a la empresa Rioblanco. La segunda fábrica se abrió en Barcelona en 1960, destinada a ampliar la gama de productos, a los que se añadieron los nuevos sabores de Schweppes -naranja, limón y ya en 1961, bitter lemon-, a los refrescos que se habían comercializado hasta entonces: tónica, ginger ale y soda. Y es precisamente en este año, en 1960, cuando inicia la campaña de “pronunciación” a cargo de la agencia de publicidad Ancema, hecho curioso, ya que lo hace cuando lleva unos años anunciándose sin tal “aclaración”.

Schweppes no es una marca fácil de pronunciar, mucho menos de escribir. Aun hoy en día incluso muchos publicitarios encuentran serias dificultades para escribir la marca correctamente sin equivocarse en alguna letra. Si es así ahora, imagina hace 40 años. Aún estaba en marcha el proceso de alfabetización del país, lo cual, unido a que se trataba de una palabra inglesa y además complicada, hizo que su implantación no tuviera un inicio de camino de rosas.

Así pues, se decidió que durante un tiempo en todos los anuncios de Schweppes apareciese al lado de la marca, y entre paréntesis, su fonética correcta, es decir, SUEPS. Esto, que ahora nos puede resultar simpático y hasta infantil, volvería a hacerlo décadas más tarde la marca de pilas Energizer en su inaugurles spots de televisión de la década de 1990, en los que a modo de karaoke, uno podía leer la marca al mismo tiempo que una voz en off decía: E-NER-GI-ZER.

Las políticas de “educación del público” son realmente costosas para los anunciantes. Ahora vemos a Schweppes como una magnífica marca, al igual que Alkaseltzer o Volkswagen, pero todas partieron con el mismo problema. Schweppes recuerda al sonido de las burbujas una vez que abrimos una botella de la bebida. Este fue su origen. Una estrategia que también siguió Kodak, con el click del obturador.


Fuente:

  

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