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Aquellos ilustradores de entonces: Fernando Perdiguero

Aunque su ficha completa correspondía a Fernando Perdiguero Camps, eso fue lo menos conocido de este dibujante y escritor, periodista de raza, y responsable de publicaciones. Había nacido en Manila (Filipinas) el año del Desastre: 1898. Muy pronto descubrió su amor por los “monos”, empeñándose en vivir de eso y casi lo consigue. Se le abrieron las páginas de una revista como "Buen Humor", desde la que saltaría a otras no menos importantes en la prensa festiva como "Gutiérrez", "Muchas Gracias" y, ya en la posguerra, "La Codorniz."

El “viaje” laboral e ideológico había sido largo, y hasta llegar a redactor-jefe de esta última su periplo había discurrido por lugares en los antípodas de la famosa “pájara”, como fue en su tiempo un periódico satírico iconoclasta: la legendaria "La Traca". Para sobrevivir a esos vaivenes utilizó varios seudónimos como Cero, Menda, Hache o Tiner.

No solo en los semanarios de humor plasmó su firma (también en textos, pues era también excelente escritor), sino que en las viñetas diarias en los periódicos aportó su crítica política, sobre todo en cabeceras republicanas de izquierdas. Tuvo la suerte de poder sobrevivir tras la guerra y ser “adoptado” por diversas publicaciones, como la ya citada "La Codorniz", donde sustituyó a Miguel Mihura en las tareas de redactor-jefe. Por suerte para él, ya nadie parecía acordarse de sus caricaturas en "Heraldo de Madrid", "El Liberal", "España Nueva" o "Política" (el periódico “de” Manuel Azaña). Dejaba otra herencia al morir en Madrid en 1970: un hijo que también dibujaría con el seudónimo de “Óscar Pin”.

Por José María López Ruiz.