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Cuando Juan Mariano Mancebo nos alcanzó las estrellas

El pasado miércoles almorzaba con Paco Pepe González, José Luis Zamorano y Javier Castro. La casualidad hizo que coincidiéramos con Maribel Muñoz en el restaurante, con la que hablamos de lo humano y de lo divino, de la Academia de la Publicidad y de Juan Mariano. El sábado por la mañana despertaba con un mensaje de Fernando Herrero que me daba tan triste e inesperada noticia. Apenas unas horas antes, me enteraba por Félix Muñoz que también había fallecido Juan Carlos del Pozo, persona llena de vida y clave para que Coca-Cola apostara por el Centro de Documentación Publicitaria desde hace ya unos años. No ha sido un fin de semana fácil.

Fue en la primavera de 1999 cuando Fernando Romero, director de Publicis Casadevall & Pedreño PRG en Madrid, me entrevistó. Buscaban un ejecutivo de cuentas para Fortuna. Por aquel entonces, Juan Mariano, ya consagrado, era el director creativo ejecutivo de la agencia, algo que me motivaba aún más. Yo, que había dejado Málaga para conocer desde dentro la primera división de la publicidad española, iba de entrevista en entrevista. A los pocos días, Fernando me llamó para que entrara a formar parte de su equipo, algo que no pudo ser puesto que ya se había anticipado Tapsa para Amena.

Con el paso de los años, conocí a Juan Mariano desde otro lado, aquel que desde el Centro de Documentación Publicitaria te permite acercarte a tantos y tantos publicitarios sin el trasiego diario de las campañas. Con una mirada diferente, de absoluta admiración y con el valor histórico de cada uno de ellos. JUAN MARIANO MANCEBO ERA TODA UNA INSTITUCIÓN CREATIVA como así lo confirman tantos y tantos testimonios de recuerdo y agradecimiento que están dejando en su perfil de Facebook los que le conocieron. Formó parte del relevo generacional de Joaquín Lorente, Marçal Moliné, José Luis Segura, Ricardo Pérez, José Luis Zamorano… Una avanzadilla compuesta por José María Lapeña, Luis Casadevall, Ernesto Rilova, Xavi García… y el propio Juan Mariano. Y desde la distancia que les ofrecía la juventud, ya se estaba preparando otra nueva hornada de creativos comandada por Toni Segarra, Miguel García Vizcaíno, José Luis Esteo... Tres generaciones que pusieron a la publicidad española como potencia mundial de la creatividad. En la frágil memoria publicitaria de nuestro país, quedarán piezas absolutamente clave para entender nuestra historia y la de Juan Mariano, tales como “Traerá cola”, “Póntelo, pónselo”, “Saeta” y, cómo no, “Pippin”, campaña por la que la publicidad española consiguió el premio más importante de la historia, en unos años además, de máxima competencia creativa, con todos apuntando tan alto como se podía. Aquellos tiempos dorados de la creatividad española. Como muchos sabéis, aquel Grand Prix de Cannes forma parte de nuestro archivo desde hace pocos años; ahora, mientras escribo este texto, lo miro y el cruce de sentimientos es difícil de explicar.

En todas las ediciones anteriores de la Gala de los Miembros de Honor de la Academia de la Publicidad, le daba la paliza a Juan Mariano con que un día se viniera a Palma de Mallorca para conocer el Centro de Documentación Publicitaria, que volviera a coger aquel león dorado con el que su equipo de Contrapunto y él nos permitieron alcanzar las estrellas. En la próxima edición de dicha gala, apenas dentro de un par de meses, se va a librar de mi insistencia. Pero quiero aprovechar para animar a la Junta de la propia Academia, que seguro algo ya estará pensando, a que contemple algo especial en su recuerdo. Juan Mariano ha estado al frente de los Premios Academia Joven. Qué mejor homenaje que dicho premio tornara a llamarse Premios Academia Joven Juan Mariano Mancebo o similar. Así su importantísima trayectoria quedará siempre ligada a los jóvenes, a las futuras generaciones, para que sepan quién fue uno de los más grandes de nuestra profesión. En este mundo que nos está tocando vivir, con una terrible escasez de referentes en casi todos los ámbitos de la vida, incluido nuestro “oficio”, es importante que trabajemos para que figuras (*) como Juan Mariano, sigan siendo una guía a seguir para los que vienen, un punto a alcanzar aunque éste, como es su caso, parezca inalcanzable.

(*) Es vital para la dignidad de nuestra profesión y el aprendizaje de las nuevas generaciones, que no se pierda en la memoria nuestra historia. Carlos Rolando, Miguel Ángel Torralba, Leopoldo Rodés, Mariano Zardoya, Mel Palacios… tantos publicitarios que nos han dejado recientemente y que nos donaron un enorme legado.

Artículo publicado en El Publicista, por Sergio Rodríguez